La imagen del niño Jesús: humilde "sacramento" de la cercanía de Dios.
Pocos temas se prestan a la vulgaridad, la cursilería y a una cierta noñería pseudoreligiosa como el de la Navidad en general y su protagonista en particular: el Niño Jesús. El desarrollo de un amplio abanico de devociones y, sobre todo, de una serie de costumbres familiares y sociales ensombrecen, cuando no oscurecen completamente, el sentido último de la celebración. Porque como bien dice Paul Tillich en uno de sus sermones, el pesebre es la cruz, y el niño que está en el establo es el mismo que colgará de un madero. Este enunciado tan sencillo es el significado último de la Navidad, por eso el reflexionar sobre el significado que encierra la imagen del Niño Jesús, nos va a situar en el corazón de la fe cristiana. Sólo desde esta perspectiva, que tan bien sintetiza el texto de Hebreos 10, comprenderemos correctamente las manifestaciones artísticas, y éstas, a su vez, impedirán la implantación de la deriva hacia la banalidad.
Mª Leticia Sánchez Hernández
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http://www.efeta.org/ES/gpermanente004.php
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